No había leído nada de este autor, carencia poco disculpable
en un anglófilo. Bennet fue un autor muy leído y apreciado en el primer cuarto
del siglo XX.
En el prólogo se dice que esta obra fue escrita en dos meses
(enero-febrero de 1908), buena prueba de la facilidad de este escritor de best
sellers de la época. El estilo es sencillo y claro y el tono ligero, aunque de
vez en cuando se encuentra alguna reflexión aguda, más bien sociológica (el
título original, Buried alive, lleva
el subtítulo de A tale of these days),
y también una cierta crítica del arte contemporáneo.
El protagonista es Priam Farll, pintor de gran fama, quien,
por circunstancias casuales, decide fingir su muerte para llevar una vida anónima
(enterrado en vida). La narración tiene cierto aire de novela dickensiana por
entregas. La trama se desarrolla ágilmente (pasan muchas cosas) y se sigue con
interés. Los personajes están bien construidos.
Un entretenimiento de calidad, que apreciarán más quienes
tengan interés por la Inglaterra eduardiana, esa especie de posdata del periodo
victoriano.
Nota: 7.
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