No me ha merecido la pena esta lectura. Es la autobiografía
a retazos de una señora que procede de un hogar miserable, en todos los
sentidos de la palabra. El relato se produce mientras ella tiene una
convalecencia en un hospital neoyorquino y su madre viene a verla, lo que hace
de excusa para la narración de su vida, a partir de algunas anécdotas.
Tiene ese estilo que parece aspirar a una sencillez profunda,
y que a mí me resulta más bien de un simplismo plano, muy en la línea de Roth
(descanse en paz) y otros autores americanos de la segunda mitad del XX. Me
resulta imposible darle tanta importancia a diálogos sosos, que, por lo visto,
deben de llevar una carga de gran sabiduría moral. No me ha sido dado
descubrirla y, por tanto, apreciarla.
Nota: 5.