Iluminada. Mary Karr


No terminé de enganchar con el Club de los Mentirosos, aclamadas memorias de las muy turbulentas infancia y adolescencia de Mary Karr (entre otras bendiciones del establishment, fue libro del año para la New York Review of Books), tal vez por su desmadrada exageración. Una vida real no se convierte en literariamente verosímil si no hay un gran estilo de por medio.

 Esta segunda parte de su vida me ha parecido muy superior. Con el mismo criterio fundamental de verismo (“todo lo que se cuenta me pasó”), Karr se centra en su matrimonio -fallido-, y su caída y recuperación del alcoholismo, vinculada a una bastante peculiar conversión al catolicismo, siempre con el contexto de su vida familiar, tan compleja y difícil, con dos padres amigos de la botella, entre otros vicios. Ese duro pasado es, en realidad, un continuo presente, del que la protagonista primero trata de escapar y que después poco a poco va aceptando.

El estilo es directo, fresco, liviano. Karr describe sus abismos de dolor con realismo inteligente, ligereza y un sentido del humor que cura al relato de la tentación del “ombliguismo” más o menos trascendente que pesa sobre cualquier autobiografía, y lo hace divertido, además de sabio. Se lee con gusto e interés esta novela, si cabe llamarla así, en la que con agudeza y sensibilidad se retrata una vida doliente, pero esperanzada.

Nota 8.