La encrucijada del roble. Elisabeth Crook


Se comenta con frecuencia el "revival" del género western. Lo hay desde hace décadas en el cine (hace poco tuve ocasión de ver la espléndida Los hermanos Sisters) y en España se están reeditando libros clásicos, como los de Elmore Leonard y Allan Le May -el autor del Centauros del desierto- gracias a la Editorial Valdemar.

La encrucijada del roble responde a casi todas las leyes del western (por cierto, se podría hacer con ella una maravillosa película), pero es sobre todo una excelente novela, más allá del género. Conviene advertirlo para aquellos que no gusten de cabalgadas, grandes horizontes y tipos rápidos desenfundando revólveres. El protagonista es Benjamin Shreeve, un pobre chico que pronto queda huérfano y tiene que sacar adelante una modesta granja y a su extraña hermanastra Samantha, obsesionada con la pantera que mató a su madre. Benjamin se ve envuelto en un asesinato ocurrido en un remoto lugar de Texas tras el fin de la Guerra Civil. La narración consiste en los testimonios escritos que a raíz de ese hecho va remitiendo Benjamin a un juez.

La historia fluye con verosimilitud gracias a la autenticidad de la voz del narrador, Benjamin, que en su sencillez capta lo que pasa a su alrededor (y pasan muchas cosas) con una hondura peculiar. Aparecen personajes diferentes, buenos y malos, todos con un pasado oscuro que determina de algún modo el presente y del que quieren huir, como es propio del género. Y el relato avanza cada vez con más interés y tensión, por la fuerza de unos hechos sorprendentes, contenidos en esos testimonios, largas cartas que resaltan también el valor de la escritura como modo de contar la vida. Como escribe Benjamin al juez, “no deja de ser curioso que un suceso como tuvo lugar en el Julian, en el que no hubo ni bondad ni justicia y que le costó la vida a ocho hombres honrados, me haya brindado a mí, por cómo han dado la vuelta las cosas, libros, y anteojos, y una pluma de acero. Prometo hacer buen uso de todo ello”.

Desde luego, quien hace buen uso de sus dones como narradora es Elisabeth Crook (https://en.wikipedia.org/wiki/Elizabeth_Crook) en esta su primera novela traducida al castellano  y que merece mucho la pena.

Nota: 9.