Los europeos. Orlando Figes

De este historiador me encantó su edición de la correspondencia desde 1946 hasta 1954 entre Lev y Sveta, dos novios moscovitas separados por la Segunda Guerra Mundial y luego por el Gulag, que venía a ser un magnífico relato, a la vez, poético y realista, de la vida cotidiana en el “paraíso” soviético.

En Los europeos vuelve a recurrir a la microhistoria para revelar las grandes tendencias de un cierto periodo. Concretamente, se centra en las vidas de Pauline Viardot, cantante de ópera, su marido Louis y el escritor Iván Turguénev, amante, más bien platónico, de la primera. Mientras se recorren las vidas de estos tres personajes (sobre todo de la cantante y del escritor) se traza la historia de la segunda mitad del siglo XIX, especialmente de las relaciones entre un capitalismo en auge y la cultura europea de la época. 

Asistimos al nacimiento y desarrollo de lo que podemos llamar primera industria cultural gracias a la mejora del nivel de vida y de las comunicaciones, en particular, del ferrocarril. Música, pintura, literatura... las grandes expresiones artísticas conocen una “explosión” y una popularización que hace singular este periodo de la historia.

La obra es muy interesante como compendio de la historia de la cultura europea del XIX, mucho más conectada entre los países de lo que para un profano podría parecer a simple vista. Un éxito literario o musical en Viena, lo era pronto en San Petersburgo, Londres, París o Nápoles. Había ya entonces lo que ahora llamaríamos con cursilería una “conversación global”.

En su defecto, Los europeos tiene un nivel de detalle que aburre a veces y ofrece información más para especialistas que para un lector común. En todo caso, lectura provechosa para quien tenga interés en la cultura del XIX, tan influyente en la actual, y se anime con sus 538 páginas.

Nota 7.