Me llamo Lucy Barton. Elisabeth Strout


No me ha merecido la pena esta lectura. Es la autobiografía a retazos de una señora que procede de un hogar miserable, en todos los sentidos de la palabra. El relato se produce mientras ella tiene una convalecencia en un hospital neoyorquino y su madre viene a verla, lo que hace de excusa para la narración de su vida, a partir de algunas anécdotas.

Tiene ese estilo que parece aspirar a una sencillez profunda, y que a mí me resulta más bien de un simplismo plano, muy en la línea de Roth (descanse en paz) y otros autores americanos de la segunda mitad del XX. Me resulta imposible darle tanta importancia a diálogos sosos, que, por lo visto, deben de llevar una carga de gran sabiduría moral. No me ha sido dado descubrirla y, por tanto, apreciarla.


Nota: 5.

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