Un espía entre amigos. Ben Macintyre

Excelente biografía de Kim Philby, el gran traidor del espionaje británico.

Con agudeza, sentido del humor y precisión, se cuenta la vida de este agente; en particular, la trama de todas sus traiciones y el papel en ellas de sus amigos, traidores como él o traicionados. Como la miseria moral del traidor puede quedar diluida por la deslumbrante inteligencia del doble juego que duró tres décadas (los listos que son malos nos lo parecen menos), el autor subraya la terrible responsabilidad de Philby, por ejemplo, en la muerte de personas.

El libro es también un retrato del particular mundo del espionaje británico, sus miembros y su estilo, que conforman un gremio peculiarísimo, hasta el punto de ser considerado en su rareza como la quintaesencia del carácter inglés. Destaca el personaje de su mejor amigo, Nicholas Elliot, espía como él en el MI6. Le defendió hasta que fue evidente que era en realidad un agente de la URSS y entonces se encargó el mismo de desenmascararlo. Philby logró huir, aunque tal vez fue dejado escapar, pues su juicio en Gran Bretaña hubiera sido demasiado escandaloso. El libro no es concluyente sobre este aspecto.

Ya en Moscú y pasados los años, Philby escribe a Elliot y le pide un encuentro en lugar neutral para hablar de los viejos tiempos. Elliot le responde con británica elegancia, al pedirle el favor de que pusiera flores de su parte en la tumba de Volkov, uno de los muchos a los que mató la traición de Philby.

Nota: 9.

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